29 June 2011

LA SOLEDAD DE NARCISO

 Michelangelo Caravaggio




Era tan bello que los mismos dioses envidiaban su existencia. Lo veían como suelen verse las mujeres cuando están a punto de destrozarse entre sí: de pies a cabeza, de derecha a izquierda, de arriba a abajo, de adentro hacia afuera.
Mirar dolía, cansaba los ojos, dilataba los suspiros y a veces hería el orgullo de los que hacían llamarse omnipotentes, esos que podían inflar su ego con el clamado de la humanidad. Sí algo tenía Narciso es que su hermosura no podía ser explicada con retórica porque hasta las palabras mas sublimes de Apolo carecían de exactitud.
En el mundo, las mujeres se volvieron locas. El amor las arrastró a los pies de Narciso y con ello la dignidad que decían tener: desnudaron sus hombros, sus cuerpos, sus senos. Peinaron sus cabellos, perfumaron sus pieles. Se ofrecieron como el lambiscón que lleva a su rey presentes para no merecer la muerte. Los hombres fueron engañados, timados y seducidos por un amor ciego que no diferenciaba sexo ni condición. 
Narciso tuvo la osadía de rechazarlos, de menospreciar las palabras mas hermosas que alguien es capaz de sentir cuando está enamorado y de sublevar su naturaleza en el dolor de los hombres. Ante esto, comprendió que ningun mortal era digno de él y por lo tanto, vivía en una tristeza constante y su desdicha era tan profunda que solo cuando podía ver su contemplacion absorta en el agua, podía visualizar el amor como un reflejo de sí mismo. 
Los años pasaron y con ellos los idealismos que lo persiguieron por el tiempo. Las personas que alguna vez lo amaron y se entregaron a él sin restricciones envejecieron. Por primera vez hubo algo justo y por primera vez él era igual a los demás: estaba solo.

25 June 2011

SOL EN GOTAS

  Fotografía: Stefan Rohner



En realidad no hay nada. Aquí abajo una pradera que reverdece con la esperanza de una tierra que promete vida. Arriba un cúmulo de nubes que impiden el paso del sol. Una vez lo escuche y creo firmente en que así sucede: afuera puede caer el sol en gotas.
Con eso me basta para hacer crecer un campo de flores dentro de ti.