Fotografía: Aaron Feaver
Siempre que necesito fuerza, vuelvo aquí. Me gusta llamarle la "pista de aterrizaje", el lugar donde encuentro el impulso necesario para despegar a cualquier destino. Es como un taller mecánico donde le dan mantenimiento a todas esas piezas que muchas veces dejan de funcionar por alguna razón misteriosa: me limpian los oídos, me ajustan los tornillos de la razón, engrasan mis alas y a veces someten a mi corazón a una descarga eléctrica.
Me río, es una forma de decir que toda la vida me la he pasado en los aires....
