27 May 2008
12 May 2008
EL COCINERO
Odia los silencios largos que se forman en los que incomoda el no tener nada que decir. No es que no quiera platicar o contarle cosas, sucede que me pone tan nerviosa que las palabras no las puedo ordenar en la cabeza.
El siempre habla y habla. A decir verdad, me gusta perderme en sus reflexiones filosoficas y en sus conversaciones que solo evocan a la risa. Me gusta dominarlo cuando lo beso, de la misma manera en la que estruja mi cuerpo contra el suyo. Es extraño: nunca nos decimos si sentimos algo el uno por el otro. Nunca hablamos de nuestros amores pasados ni del porvenir. No sabremos si algùn dìa lleguemos a querernos mucho o lastimarnos.
No nos interesa nada que no sea musica y rendenciòn. Nada que no conlleve a la locura y a la felicidad espontanea. A lado del cocinero, vislumbro mi frìa personalidad...
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