Tomé esta fotografía el año pasado. La veo y hoy he vuelto a hacerme la misma pregunta: ¿Para que sirve el otoño? Sirve para perdonar.
Al igual que la naturaleza, nos caemos, nos secamos y algunas veces somos parte de ese viento frío y desamparado que no tiene a donde ir. Somos parte de las hojas amarillas, nos preparamos para florecer...