01 February 2014





Enterré a un muerto, pero mas de una vez profané su tumba buscando restos de lo que alguna vez fue. Grave error, porque aún el cuerpo del enemigo estaba en descomposición. Dicen que para regresar el polvo de los huesos, hay que sembrar un árbol y esperar a que crezca. Era cuestión de tiempo. Pero me adelanté a encontrarme siempre con el cadáver.
Acabo de escribir mi epitafio. Había estado poniendo puntos suspensivos. Ya sabes, uno cree que un día de repente pondrán el siguiente enunciado. Mi despedida como siempre fue: poética. Tantas cartas que envié a su buzón que nunca fueron contestadas, era motivo suficiente para no volver a escribir. Pero aquí me tienes, dándole miel a un asno...

Julio,2013

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